Con una de las tasas más altas de representación de mujeres a nivel nacional, las diputadas de la zona sur de Santiago han enfocado su trabajo legislativo en combatir la violencia de género y la precariedad laboral, los dos grandes desafíos que, aseguran, golpean a sus vecinas.

El Distrito 12, que abarca grandes comunas como La Florida, Puente Alto y La Pintana, no solo destaca por su peso demográfico, sino también por ser un epicentro del poder político femenino en Chile. En las elecciones parlamentarias de 2021, este territorio eligió a cinco diputadas de un total de siete escaños, alcanzando una representación del 71,4%, una de las más altas del país. Lejos de ser una estadística, esta bancada ha transformado las urgencias locales en prioridades legislativas, impulsando proyectos clave contra la violencia intrafamiliar y la falta de oportunidades para las mujeres.

El fenómeno del Distrito 12 se enmarca en un avance nacional. Tras la implementación de la ley de cuotas en 2017, la representación femenina en la Cámara Baja dio un salto histórico del 22,6% al 35,5% en las elecciones de 2021.

Para la diputada de Renovación Nacional (RN) por el distrito, Ximena Ossandón, esta mayor presencia es fundamental. “Entendemos que siempre es mucho más enriquecedor una ley que tenga ambas miradas”, señaló. En su sector, asegura, “siempre nos hemos preocupado de que las mujeres no sean un arroz graneado, o sea, que realmente sean competitivas”. Esta competitividad se refleja en las urnas, donde el D12 se consolidó como uno de los territorios con mayor proporción de candidatas y, posteriormente, de aspirantes electas.

Los desafíos de las mujeres en el distrito

Desde su experiencia en terreno, la parlamentaria identifica dos problemáticas como las más urgentes para las mujeres de la zona. La primera, y más grave, asegura, es la violencia intrafamiliar y la violencia de género. “Esa es lejos la más fuerte en el distrito”, sostiene. El segundo gran desafío es la brecha económica y de desarrollo profesional.

“La falta de capacitación que tiene la mujer (…) que por distintos motivos de la vida no pudieron estudiar, entonces se le hace más difícil acceder a pega mejor remunerada”, explica Ossandón.

Esta doble vulnerabilidad —la inseguridad en el hogar y la inestabilidad económica— se ha convertido en el eje de su agenda legislativa.

En respuesta a estas problemáticas, la diputada ha impulsado y apoyado una serie de medidas con un claro enfoque de género. Destaca entre ellas el proyecto de “imprescriptibilidad de los delitos sexuales“, que busca permitir que las víctimas puedan denunciar “en cualquier minuto de la vida”. En el ámbito económico, apoyó un “subsidio unificado para el empleo de las mujeres”, presentado por el gobierno. Además, resalta su coautoría en la “Ley Karin”, que previene el acoso laboral, y una iniciativa más reciente sobre “lugares seguros”, que obliga a los planes reguladores a garantizar espacios bien iluminados para prevenir delitos contra las mujeres.

El poder femenino en el Congreso

Para la diputada Ossandón, estas iniciativas no son casualidad, sino el resultado directo de tener a más mujeres en puestos de poder. Insiste en que la presencia femenina debe ser sustantiva y no solo testimonial, y asegura que “cuando somos la mitad de la sociedad, nuestra mirada tiene que estar también en la toma de las grandes decisiones, y las leyes son grandes decisiones”.

Este sentir se alinea con la creciente percepción de que la subrepresentación femenina ha sido históricamente un bloqueo impuesto por las cúpulas partidarias, más que un reflejo de la voluntad del electorado. El caso del Distrito 12 demuestra cómo, una vez superada esa barrera, la agenda legislativa comienza a reflejar las urgencias de esa mitad de la población.

La fuerza de la presencia femenina en el Distrito 12 se reafirma con contundencia en las cifras de las elecciones parlamentarias de 2025. Según el listado oficial de candidatos reportado por La Tercera, de un total de 53 postulantes que compiten por los siete cupos del distrito, 29 son mujeres. Esto significa que las candidatas representan el 54,7% del total de la oferta electoral, superando a los candidatos masculinos y consolidando al territorio como un referente en la participación política femenina.

El otro lado del poder femenino

Sin embargo, esta aparente “agenda de género” unificada en el Distrito 12 es cuestionada desde la propia bancada femenina. La candidata al Congreso Camille Sigl, propone un contrapunto directo, manifestando su rechazo a las políticas de género. Sigl argumenta que “seguir segmentando por género significa dividir a nuestra sociedad más de lo que ya está” , y que este enfoque valora a las personas “netamente por su sexo” en lugar de “sus capacidades”.

Para la militante del Partido Nacional Libertario, apoyar estas iniciativas es “ceder frente a presiones de ciertas minorías” que impulsan una agenda con temas que “no son relevantes” para las verdaderas necesidades de los chilenos.

Esta postura demuestra que la alta representación femenina en el distrito no se traduce en un consenso, sino que alberga visiones ideológicas profundamente opuestas sobre la igualdad.

“Creo en la igualdad, tanto para hombres como para mujeres”, asegura la candidata.

A continuación, un video que explica el fenómeno electoral que ocurre en el Distrito 12: