
La marca británica de autos de lujo anunció su retirada de nuestro país tras 12 años de funcionamiento, plazo en el que solamente vendieron 40 ejemplares.
El pasado martes el medio especializado en materia automotriz, Autocosmos, reveló que la empresa británica Rolls Royce dejará de operar en Chile este año 2025.
En el citado sitio se contó que la concesionaria del fabricante de autos de lujo, ubicada en Avenida La Dehesa, vendió 40 ejemplares durante sus 12 años de funcionamiento en nuestro país.
Alejandro Richard, encargado de las marcas de lujo del grupo Inchcape, señaló en aquella página que el retiro de la marca se debe a una decisión de la fábrica para concentrarse en mercados más potentes.
¿Qué factores provocaron que Rolls Royce se vaya de Chile?
Combatir el estigma

Para Carlos Jimeno, periodista automotriz del programa “Rock and Ruedas” de Radio Futuro, el fracaso de Rolls Royce en Chile se debe en gran parte a un factor cultural.
“La expectativa que tenía Rolls Royce en Chile se sostenía con otros parámetros que no se cumplieron. La cultura Rolls Royce está generalmente en otros países, más desarrollados, asociado al conductor designado o derechamente al chofer” comenta.
“Otro factor importante es que en el último tiempo no ha ocurrido un desarrollo de esta clase de vehículos en Chile porque no ha llegado otra marca con una participación tan directa” complementa Jimeno.
Para Alberto Escobar, gerente de Automóvil Club Chile, hay un estigma detrás de esta marca y la imagen que proyecta.
“Tiene que ver con que es un auto muy conservador, entonces me destaco más en un Lamborghini que en un Rolls en el que parezco el sobrino de la Reina Isabel” cuenta.
Además señala que dentro de los fanáticos de los autos clásicos, un Rolls Royce no es la primera opción.
“Hay un dicho antiguo con que el Rolls Royce es el auto del chófer y el Bentley es el del dueño” dice en alusión a aquello.
Lujo más vistoso
La retirada de Rolls Royce del mercado nacional coincide con que Lamborghini abrirá su primer showroom en nuestro país.
Pese a que ambas son marcas de lujo, las dos apelan a públicos distintos, así lo afirma Escobar.
“El Rolls Royce es un auto demasiado británico, muy señorial, y esas cosas no están de moda. Hay gente joven con mucho dinero, es como venderle corbatas a un cabro, le puedes decir que la corbata vale 500 lucas y va a decir que no usa” señala.

“Es como una corbata en un asado, fuera de lugar, y a nadie le gusta sentirse fuera de lugar” agrega el también antropólogo.