Javiera Santacruz
Se reporta que la subutilización alcanza el 19,9% en mujeres, una brecha explicada por la falta de empleo formal. Especialistas apuntan a barreras estructurales que afectan la inserción laboral de las mujeres, pese a la recuperación del mercado del trabajo.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reflejó que la desocupación femenina superó al promedio nacional: 9,3% de las mujeres estaban desempleadas en el trimestre más reciente frente al 8,5% en el total del país, mientras que la subutilización laboral femenina también aparece más alta, limitando su incorporación al mercado formal. Expertos apuntan a barreras estructurales que afectan a la inserción laboral en las mujeres.
El informe del INE correspondiente al trimestre diciembre 2024–febrero 2025 revela que, si bien la tasa nacional de desocupación es de 8,4%, la situación para las mujeres es más crítica: Su desocupación se ubicó en 9,3%. Además, la tasa combinada de desocupación y fuerza laboral potencial, que refleja a quienes quisieran trabajar más, buscan empleo o podrían volver a la fuerza laboral llegó a un 16,8% pero con una división especialmente desigual: 20,1% para mujeres y 14,2% para hombres, lo que evidencia una brecha de género marcada.
Este desequilibrio no solo es simbólico, tiene consecuencias económicas reales. Cuando una parte importante de la fuerza laboral femenina está subutilizada, se limita la capacidad del país para crecer. Una mayor participación femenina podría aumentar la productividad agregada, mejorar la recaudación fiscal y fortalecer la resiliencia de los hogares frente a crisis económicas.
Las brechas que aún persisten
El economista Carlos Smith, afirmó que el fenómeno responde a problemas persistentes del mercado laboral chileno, donde las mujeres siguen enfrentando mayores exigencias de compatibilización entre trabajo y cuidados. Señaló que ellas continúan “asumiendo la mayor parte de las tareas de cuidado”, lo cual influye en el tipo de empleo al que pueden postular y en su disponibilidad. Esto, sumado a las jornadas laborales, empuja a muchas a realizar empleos informales o encontrar opciones que se ajusten a sus necesidades.
Frente a esta situación, recalcó que eso produce que las mujeres “terminan siendo más caras en términos de contratación”, desde el punto de vista del demandante de trabajo, es decir, la empresa. Por otro lado, advirtió que la menor participación laboral femenina significa menor crecimiento económico potencial. Afirmó que el país pierde productividad cuando mujeres que quieren trabajar no logran acceder a un empleo adecuado.
El economista sostuvo que la solución pasa por un doble enfoque, desde la creación de más empleo y la flexibilización real dentro del mercado laboral. “Hay que crecer por ambos lados”, indicó. Entre las medidas que propone, están:
- Permitir jornadas más adaptables
- Acordar horarios distintos
- Promover incentivos para empresas que contraten mujeres
- Fortalecer políticas de apoyo al cuidado.
SENCE refuerza su estrategia para reducir la brecha laboral femenina
El Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) asegura que ha reforzado su trabajo para enfrentar esta desigualdad. Según explicó Alejandro Fernández, director regional metropolitano, la institución prioriza activamente a mujeres desocupadas en sus programas.
“El hecho de ser mujer y estar desocupada otorga mayores posibilidades de ser aceptada en nuestros programas sociales”, señaló. Este enfoque se complementa con trabajo territorial junto a las OMIL y con ferias laborales destinadas a acercar oportunidades reales de empleo. De acuerdo con Fernández, estas acciones “han permitido aumentar la participación femenina en capacitaciones y mejorar sus tasas de inserción laboral”.
Alejandro Fernández, Director Regional Metropolitano. Créditos vía Instagram @sence_rm
Uno de los desafíos más persistentes es la carga de cuidados. Sobre esto, indicó que SENCE participa de mesas interministeriales para coordinar políticas que reduzcan esta barrera. Su objetivo, según dijo, es avanzar hacia un sistema donde las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral “en igualdad de condiciones”, promoviendo la corresponsabilidad social en las tareas de cuidado.
En materia de incentivos, el director metropolitano destacó dos herramientas clave: el Bono al Trabajo de la Mujer, que incrementa los ingresos de trabajadoras entre 25 y 59 años pertenecientes al 40% más vulnerable, y el Subsidio al Empleo Joven, que también beneficia a mujeres de 18 a 24 años. Ambos mecanismos, afirmó, “buscan apoyar la permanencia de las mujeres en empleos formales y fortalecer sus trayectorias laborales”.
Desde SENCE, se apuesta por articular capacitación, subsidios y coordinación institucional para que el empleo femenino deje de depender exclusivamente del esfuerzo individual y pueda sostenerse en políticas públicas con enfoque de género.
Mujeres en regiones: Microcréditos para generar ingresos sin dejar de cuidar
María de la Luz Larraín es fundadora de Fundación Buena Fe, una organización que entrega microcréditos a mujeres, especialmente en regiones y zonas rurales, que no pueden acceder a un empleo formal porque deben cuidar a sus hijos o familiares, ni tienen oportunidades laborales en su zona.
Larraín explicó la realidad que enfrentan las mujeres en las regiones. Muchas veces, es “muy difícil tener un empleo” destacando la ineficiencia en empleos laborales en zonas rurales porque “no hay un desarrollo suficiente”.
Por otro lado, destacó cómo cambia la vida de las mujeres cuando comienzan con emprendimientos que, a pesar de no ser un trabajo “formal”, la autoestima mejora.
Frente a esto, señaló que la mayoría de las mujeres dentro de la fundación han podido salir adelante por tener “garra”. “Eso es lo que hemos visto a lo largo de estos años, la mujer que tiene garra va a triunfar de todas maneras, aunque no le den ni le faciliten nada”, dijo.
El informe del INE destaca que en las regiones también muestran diferencias marcadas. En La Araucanía, los datos indican que la subutilización entre mujeres llegó a 27,4% contra un 17,8% en hombres, lo que implica una brecha regional de 9,6 puntos porcentuales.
Mujeres que quedan fuera del mercado laboral buscan alternativas digitales
La era digital sigue siendo un factor prioritario para innovaciones, consumo, tendencias, entre otras cosas. Esta vez, es usado como opción laboral en tiempos en los que conseguir trabajo es complicado. Así es el caso de Massiel Castillo, de 41 años, que trabaja junto a su hermana vendiendo ropa a través de transmisiones en vivo por TikTok.
Ambas son madres de hijos menores de edad y cuentan que la maternidad, la falta de oportunidades y la ausencia de respuestas laborales las empujaron a emprender en el mundo digital.
“Mandaba currículum para varios lados y no me llamaban”, dijo. Llegó un punto en que se sintió “desesperada” por no conseguir empleo, y eso fue lo que la motivó a probar con los lives.
Finalmente, reconoció que percibe una diferencia entre el trato y aceptación laboral hacia las mujeres, especialmente cuando se busca conseguir un empleo formal. “Yo creo que discriminan más a la mujer porque, entre comillas, el hombre es más fácil. No debería ser así, debería ser para todos iguales”, dijo.
La crisis laboral alerta en todos los ámbitos. Según un reportaje del medio El País, las personas en situación de desempleo de larga duración han aumentado drásticamente, siendo las mujeres, migrantes y personas con discapacidad los más afectados.
Fernanda Maraboli
Roberto Diaz
